domingo, marzo 26, 2006

carta de ajuste

jueves, marzo 23, 2006

Aprendiendo a Deconstruir: Pasos 2 y 3


Paso 2- acercamiento pragmático.

Decida qué es lo que el texto comunica. La interpretación será, claro, la que a usted le de la gana. En este caso hemos elegido un objeto de tipo textual así que todo será más fácil si nos limitamos a interpretar algo que el texto realmente DICE. Este proceso se denomina leer.

Leamos:

John Palmer no era homosexual.

Paso 3- lo dual.

Identifique de forma resuelta y despreocupada cualquier elemento distintivo en el texto, de cualquier tipo. Puede ser un item al que se haga referencia directa en el texto o también algo que venga dado por un presunto contexto cultural de cualquier lector hipotético (usted mismo puede considerarse hipotético y así ejercer su derecho a la libre elección, que cada cual sabrá en qué contexto anda metido...). Normalmente elegiríamos una dualidad que nos llame la atención, hombre/mujer, malo/bueno, cielo/tierra, el pais/abc, ikea/rodaballo. En el caso de nuestro ejemplo, la obviedad nos empujaría a elegir homosexual/heterosexual,

¡aunque una persona realmente brillante a la par que profunda
seguro que podría encontrar
muchas más!

miércoles, marzo 22, 2006

Aprendiendo a deconstruir: Paso 1


¡Seleccionando el texto!

Primeramente debemos elegir un objeto de deconstrucción, por ejemplo un texto.
Es mucho más llamativo y rompedor seleccionar algo que en principio no se considere "texto" y tratarlo como si lo fuera. Por supuesto, la forma siempre primará ya que la sustancia puede venir dada o deformarse mediante esta. Claro que si elegimos algo que parezca enrevesado y cultureta podremos lucirnos más puesto que desplegaremos todo nuestro potencial intelectual. Otra alternativa no menos atrayente es seleccionar algo más mainstream, un panfleto vegano, un flyer de local house o una cita de Panero.

Elijamos una frase cualquiera como ejemplo para trabajar todos juntos con ella:

"John Palmer no era homosexual"

Ya veremos lo que da de sí...

martes, marzo 21, 2006

Aprendiendo a Deconstruir


Aprendiendo a Deconstruir es un curso cebolleico y ameno dividido en fascinantes posts.
Usted, como ser espabilado que es, se habrá dado cuenta ya, a estas alturas, de cómo matemáticos, ingenieros y gente sin alma de todo tipo se han mofado con gracia informática de los académicos (esa gente a la que se le paga por aparentar ser lista, no por tener razón).
Las ciencias sociales, la historia, la literatura y los estudios culturales impregnados de posmodernismo experimentaron breves momentos de lúcida interdisciplinaridad en los que se mezclaron los regios y formalmente desaliñados humanistas con los prácticos y revoltosos practicantes de las ciencias puras (y no tan puras): saltaron chispas. El lenguaje posmodernista y sus pilares metalingüísticos, deconstructivos e inclusivistas fue puesto en tela de juicio, acusado de oscuro, inservible y esnob, autocomplaciente y retroalimentado, quedó en evidencia por sus atrevimientos. Muchos son los que se han subido al tren de la crítica, entre ellos Sokal quedaba simplemente como un observador incómodo de la "impostura intelectual" y poco más.

La cebolla que escribe, cobijada tras finas mais numerosas capas, se regocija ante el hecho de que los avispados lectores no sólo poseen desarrolladas imposturas propias, sino que además hacen gala de ellas con desparpajo y salero tanto en el ciberespacio como en ambientes más prosaicos. Por tanto, entendiendo que este hecho no impide el crecimiento y evolución de la crítica de estos a imposturas ajenas, damos via libre a prosokalianos, antiposmodernos y críticos de la vida moderna de todo tipo a verter opiniones tanto BoBas (a la tinta de sepia) como exóticas. Sin embargo, y en la línea didáctica de este blog, definiremos la piedra de toque posmoderna: el deconstruccionismo, en este práctico curso, para que luego no diga nadie que aquí critican muchos sin saber de qué va la cosa.

Aclaración políticamente perfecta: no presuponemos en ningún momento (Lacan nos libre) la ignorancia o desconocimiento del tema del lector.

Así, damos por inaugurado nuestro ¡Aprendiendo a Deconstruir!


la cebolla nocturna, por la noche

al agua patos

Concebido para inspirar vitalidad y serenidad con un diseño que evoca los simbolismos orientales de los jardines Zen, en los que las rocas representan montañas y el peinado de la grava alrededor de las rocas simboliza las ondas que se producirán en la superficie de un lago si cayese una gota de agua. El plato de ducha Kyoto gracias a sus majestuosas dimensiones 1900x1100 mm y a su diseño ofrece la oportunidad de elevar el acto cotidiano de ducharse a una experiencia más intensa e íntima, es una oportunidad para meditar bajo los influjos relajantes del agua. (leido en: http://blogdeco.blogspot.com/)
Ya ven, amiguitos, los BoBos no se duchan, los BoBos son capaces de convertir el cotidiano acto (más cotidiano para unos que para otros, sea dicho de paso) en una elevada manifestación de re-conciliación con el agua y el lactovit. Las dimensiones de sus piezas sanitarias son majestuosas, no se lo pierdan: los majestuosos milímetros de la felicidad BoBo...
Los BoBos llenan sus domicilios de inverosímiles objetos que convierten su rutina en una aventura para los sentidos, objetos que además de decorar son funcionales. No obstante, la función de los objetos BoBo se aleja de las prosaicas necesidades cotidianas. La función de estos objetos es capaz de re-conciliar la inocua actividad del aseo diario con las más elevadas aspiraciones espirituales del BoBo, pongamos por ejemplo. Por una suculenta cantidad de euros, el BoBo puede experimentar las más salvajes sensaciones que le provocaría ducharse bajo una cascada (perdonen la grosería) y ser iluminados por milenios de sabiduría oriental.
Estos objetos de culto ofenden a sus potenciales compradores si atienden a detalles demasiado utilitarios como el precio; ahora bien, el BoBo permanecerá leal a este tipo de productos si apelan directamente a sus esperanzas idealistas. Una ducha que puede proporcionar la más elevada de las experiencias, una ducha que establece un símil entre su cuarto de baño y un lago tropical, un plato de ducha capaz de equilibrarle a usted todos y cada uno de sus chakras en una festiva combinación de nobles materiales y un exquisito equilibrio en las proporciones de la pieza de cerámica que acariciará sus pies (cerámica, o lo que es lo mismo, tierra mezclada con agua, ejem). Y no les quepa duda amiguitos, el BoBo implementará su aseo con jabones de té, con esponjas extraidas de los arrecifes del Pacífico, ningún tejido que no sea microoorgánicorrománico con doble de rizo acariciará su piel tras la ducha. Las líneas de los objetos que utiliza el BoBo en el baño están concebidas para realzar y elevar cada una de las piezas que conforman el armonioso espacio que es su cuarto de baño; innovador es su diseño, nobles son sus elementos, elevadas son sus aspiraciones, ilimitada es la evolución de sus líneas... Pero no atendamos a la prosa, qué más dará si para instalar este plato de ducha usted precisa realizar un hueco en el solado equiparable a una cata petrolífera?
Agónico, no les parece? Porque esto es un empezar y no acabar, si nos ponemos de esta manera con el baño, qué puede esperarnos al llegar a la cocina? Si usted es invitado a un domicilio BoBo-BoBo de verdad, no puede esperar menos que recibir un plano del frigorífico de su anfitrión, no vaya a perderse entre la bandeja de los pepinillos en vinagre alemanes y el adminículo ad hoc que alberga los productos de la huerta. El frigorífico de un BoBo, por supuesto, tiene espacio más que suficiente para ubicar a Walt Disney y a Marujita Torres criogenizados. En fin, un torrente de adjetivos para describir el domicilio de un BoBo. Y todo esto sin tomar en consideración la ubicación recomendada por los Baguas de cada estancia en su casa... eso para otro momento, por ahora nos bastará con saber que un BoBo actualizado jamás ubicará su domicilio en el área Bagua de la riqueza y prosperidad.
Por lo pronto, los pájaros cantan y las nubes se levantan... hoy empieza la primavera...

lunes, marzo 06, 2006

"Shoe", 1983; Helmut Newton.