martes, diciembre 25, 2007

Broches De Fieltro TontiPop






Por todas partes jóvenes muchachitas de entre 15 y 40 años, creadoras frustradas o visionarias de hilo y aguja, se han lanzado a la busca y captura de fieltros de colores cuyo centro neurálgico encontramos en la plaza Pontejos de Madrid - allí suben felices los precios que pagan solemnemente las manitas mágicas de las encantadas compradoras. A solas o en grupo se adentran en las mercerías respirando autosatisfacción, tocan, piden colores imposibles y cual curtida abuela bordadora que pide un tipo concreto de hilo ellas exigen el grosor, la calidad imaginada de sus cachos de fieltro. Retroalimentado, el mundo de los broches de fieltro atrae -como la Vogue recién salida- a las chicas de hoy: sencillamente no puedes evitar pasar una tarde de domingo más sin fabricar un pequeño engendro feo y simplón con mucho mimo y, a veces, hasta encaje. Cualquier objeto de manualidad femenina sería más complicado, sin embargo, esta absurda y lúdica actividad estimula el deseo creador de las primitivas recolectoras sin la exigencia de la artesanía utilitaria de sus abuelas. Apasionante en todas sus manifestaciones, es, sin duda, en los foros donde se contempla vívidamente su devenir cotidiano: en ellos nos adentraremos en próximos posts...